disruptivo, con agresividad dirigida a compañeros y profe-
sionales, y su capacidad de adaptación a un recurso nor-
malizado.
En lo tocante a la salida del programa, ésta es, lógicamente,
variada y siempre en función del cumplimiento de los objeti-
vos contemplados en el programa educativo individualizado
y en el Plan de Caso. Con aquellos que llegan directamen-
te de casa y su objetivo es la vuelta, cuando se considera
el momento oportuno se comienza con salida progresiva y
con seguimiento. Para que esto sea posible además de la
intervención con el o la adolescente en el centro, es impres-
cindible avanzar también con la familia. Esto se hace tanto
desde el propio programa del centro (la trabajadora social),
como aprovechando otros recursos de intervención familiar
y/o terapéuticos propios de otros programas… o incluso
con terapeutas privados. Siguen siendo mayoría las familias
desestructuradas, aunque también se encuentran familias
reconstituidas, hijos e hijas de personas inmigrantes que se
han reagrupado ya siendo mayores, algunos casos de adop-
ciones que no han ido bien… Estos casos podrían explicar
el aumento de las cesiones de guarda.
Con los chicos y chicas en los que la vuelta a la familia no
es posible o se estima no recomendable, pueden continuar
hasta su mayoría de edad en los pisos de emancipación o
preparación a la emancipación de la red, que prolongan su
protección” una vez cumplen los 18 años a través de pro-
gramas externos ya al Servicio de Infancia foral, pero con los
que se mantiene coordinación.
El tiempo de estancia se sitúa normalmente entre 9 y 12 me-
ses. En algún caso, pero excepcionalmente, la estancia ha
sido más larga, por entrar muy joven al programa y no en-
contrar encaje adecuado en otro recurso.
3.
Escolarización
En palabras de los responsables del Servicio de Infancia, la
realidad de los chicos y chicas asignados a un programa
intensivo es que se encuentran mayoritariamente desvin-
culados (oficial o de hecho) de cualquier centro educativo
o mantienen con éste relaciones muy conflictivas. Precisa-
mente por ello es éste uno de los ámbitos con más presen-
cia en el Plan Educativo Individual y las relaciones con los
centros educativos donde están escolarizados los chicos y
chicas son frecuentes y en general buenas, según valoración
de los responsables educativos de Sansoheta. Por otro lado,
el trabajo realizado en el centro en torno a lo conductual o
comportamental (habilidades sociales de comunicación,
gestión de las emociones, etc.) contribuye a la mejora pro-
gresiva en la adaptación de los chicos y chicas a entornos
educativos normalizados.
4.
Participación: la voz de los chicos y chicas en la vida
del centro
Las asambleas de menores se celebran todas las semanas
y en ellas se ponen en común aspectos relacionados con la
convivencia, se proponen actividades de ocio, la organiza-
ción del centro, los horarios… Todos los temas y aspectos
se pueden someter a debate y negociación, siendo el único
requisito que realicen la queja o la sugerencia por escrito, de
manera que continúen trabajando habilidades para exponer
y defender hechos y opiniones.
En lo concerniente a la participación de los chicos y chicas
en su Plan Educativo Individualizado, son las tutorías con el
tutor de referencia los momentos de contraste y recogida de
opiniones e impresiones.
5.
Acceso a pertenencias. Personalización de espacios.
Privacidad. Régimen de comunicación con el exterior
Todas las habitaciones del centro visitado disponen de ar-
marios donde los chicos y chicas guardan sus pertenencias
y tienen elementos decorativos particulares. Las habitacio-
nes y baños permiten la privacidad.
En lo tocante a las comunicaciones, sólo son restringidas
o supervisadas en situaciones especiales, aunque sí están
muy atentos a cómo quedan emocionalmente después de
esas comunicaciones.
6.
Tiempos de ocio (autónomos / acompañados / en
grupo…) y riqueza de estímulos: juegos, lecturas,
actividades lúdicas…
La consideración del tiempo libre o tiempo de ocio como
tiempo educativo y, en consecuencia, la planificación de ob-
jetivos, medidas y actividades, su implementación y realiza-
ción es una realidad en el centro. La riqueza de estímulos
observada, en todo caso, nos parece adecuada.
7.
Medidas de contención existentes y utilizadas:
inmovilización física y aislamiento. Medicación
Nos señalan que utilizan exclusivamente la inmovilización fí-
sica, que siempre la hacen los educadores y educadoras ya
que, por otro lado, no existe personal distinto al educativo.
Es esta una información corroborada por los chicos entrevis-
tados. No existe sala de aislamiento especial y revisados los
registros de medicamentos no se observa nada distinto a la
medicación prescrita por los facultativos.
8.
Régimen sancionador: medidas, proporcionalidad…
Las principales sanciones utilizadas son las económicas,
esto es, la reducción de la asignación semanal. En algunos
casos, sin embargo, han observado que esta sanción es
poco eficaz ya que tienen acceso a recursos económicos de
sus familias cuando salen y van a visitarla. Utilizan, de igual
manera, la pérdida de privilegios conseguidos y la limitación
de salidas. La sanción de separación de grupo, cuando se
utiliza, se realiza en su habitación o no participando en las
actividades grupales. En conclusión no encontramos, ni en
lo observado directamente, ni en los testimonios de los chi-
cos y chicas, elementos que nos indicaran desproporción o
uso arbitrario de las medidas sancionadoras.
Pero las actuaciones en torno a los programas especia-
lizados en 2012 no se terminan con las visitas a los re-
cursos. En el mes de julio se abre una actuación de oficio
sobre el
centro Aixola
originada por ciertos testimonios,
muy coherentes y fidedignos, que nos daban cuenta de
ciertas prácticas inadecuadas en el centro, entre las que
destacaban dos a nuestro entender de suma gravedad:
inmovilización física con esposas a los menores por parte
del personal de seguridad; prácticas y actitudes vejatorias
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2012
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(
II). ¿VULNERACIÓN DE DERECHOS? QUEJAS, CONSULTAS Y ACTUACIONES DE INICIATIVA PROPIA
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