Al igual que ocurre con el sistema educativo, la inversión en
salud
resulta fundamental a la hora de medir el desarrollo
de un país y el cumplimiento de las expectativas marcadas
por la Convención. La CAPV destinó en 2009 casi el 9% de
su Producto Interior Bruto a gastos en salud, un porcenta-
je que, al menos hasta esa fecha, se ha ido incrementando
paulatinamente. Carecemos, sin embargo, de datos más ac-
tualizados al respecto.
Uno de los pocos datos de los que sí disponemos en este
ámbito indica que la crisis actual está afectando a las con-
ductas alimenticias de la población. Fuentes estadísticas de
2012
estiman en un 7,7% el porcentaje de la población per-
teneciente a hogares con problemas de alimentación graves
o muy graves. Una realidad que en el año 2008, prefacio de
la crisis, afectaba sólo al 5,7% de la población.
(
Gráfico 24)
%
de población que vive en hogares
con problemas (graves o muy graves) de
alimentación.
Evolución CAPV 2000-2012
10
8
6
2
4
0
2000
2004
2008
2002
5,7
3,5
5,2
7,7
Fuente:
Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales. 2012
.
Dpto.
de Empleo y Asuntos Sociales. Gobierno Vasco.
Además, un 3,6% de la población vive hoy en hogares que
no pueden costearse una comida con proteínas al menos
cada dos días, un porcentaje que significa un retroceso a
niveles de 2004.
Respecto a las actividades de ocio y tiempo libre hemos de
comenzar por señalar que el incremento y universalización
de los derechos de escolarización ha traído consigo que las
diferencias educativas entre la población infantil actualmen-
te se asocien en mayor medida con el uso del tiempo libre
-
entendido como espacio de educación no formal- y el ac-
ceso a los recursos de ocio.
En 2012 un 21,6% de la población pertenece a hogares que
han reducido sus gastos de ocio y tiempo libre, lo que su-
pone el doble de personas que a comienzos de la crisis en
2008 (10,1%)
y una tasa notoriamente por encima de las que
se venían registrando desde 1996, llegando casi a asimilarse
a la realidad de 1986 cuando un 27% se vio afectada por la
reducción de gastos de ocio.
Para finalizar, queremos remarcar lo señalado al comienzo
de este capítulo: que las carencias materiales posicionan a
la infancia en una situación de desventaja y vulnerabilidad
futura que puede afectar a su desarrollo educativo, social y
laboral. Por ello, resulta clave tener en cuenta a la infancia
en la toma de decisiones ante los retos a los que se enfrenta
nuestra sociedad, no sólo por su propio desarrollo y bienes-
tar, sino también por el de la sociedad en su conjunto, para
quien el coste futuro puede ser elevado (reducción del nivel
de competencias de la ciudadanía, menor productividad,
mayores tasas de desempleo, frágil cohesión social, eleva-
dos costes en el sistema de protección, merma del sistema
educativo y sanitario, etc.).
I
nforme
2012
64
(
III). ESTUDIO: EL IMPACTO DE LA CRISIS EN LA INFANCIA: LA REALIDAD VASCA
III
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